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El tai chi es un arte marcial desarrollado por monjes taoístas cuyos objetivos se centran en: la defensa, la preservación de la salud y la elevación espiritual. Tiene su origen en el llamado libro de las mutaciones también conocido como “I Ching”. Hace poco más de un siglo que estos conocimientos dejaron de ser solo de dominio de unas cuantas familias de China para poder ser estudiadas practicadas y disfrutadas por personas de todo el mundo.
El punto de partida para el aprendizaje del Tai Chi es la compresión del Chi, la energía que mueve todo el universo y que está presente también en nuestros propios cuerpos. Es la misma fuerza que permite derrotar sin esfuerzo a un oponente sanar un órgano enfermo o mantener el cuerpo en excelentes condiciones incluso cuando se ha llegado a una edad avanzada.
El taichí difiere de otras disciplinas que trabajan con el cuerpo, siendo el tai chi una actividad que pueden realizar personas que no estén en excelente condición física, recomendable para todas las edades. Tanto es así que el gobierno chino ha difundido ampliamente su práctica, sobre todo en personas de la tercera edad.
Muchísimos estudios de médicos, anatomistas y psicólogos corroboran el gran aporte en cuanto a los beneficios que el Tai Chi proporciona y así mismo recomiendan su práctica para las más diversas dolencias. Así también en China se le considera un deporte con sus reglas puntuaciones y torneos que además favorece con su práctica a la longevidad.
El tai chi parte de una concepción diferente de la realidad; por ello, su conocimiento aunque teórico resulta singularmente enriquecedor.
Origen del Tai Chi Chuan
Los monjes Taoístas buscaban refugio del bullicio en las zonas aisladas cerca de la naturaleza, pero a su vez el acercamiento a la naturaleza en zonas agrestes exige un excelente estado de salud y la capacidad para defenderse de los ataques de animales salvajes.
A finales de la dinastía Sung un monje llamado Cheung Sang Fung se preocupó por encontrar un arte marcial que pudiera servir para mantener la salud en medio de las condiciones precarias en las que vivían los monjes ermitaños, pero también para defenderse de cualquier ataque animal. En su búsqueda Cheung San Fung se sintió atraído por las costumbres de los animales de larga vida como las tortugas y las garzas, entendiendo que su longevidad se debía entre muchas otras cosas a la forma de moverse y de relacionarse con el entorno. Después de muchos años, sus estudios se plasmaron en un arte defensivo llamado Tai Chi Chuan.
La leyenda:
Se dice que una tarde Cheung San Fung contemplo algo que llamo mucho su atención, una lucha entre una garza y una serpiente. El sabio comprobó que la serpiente con sus movimientos sinuosos y ondulantes ganaba terreno a la garza que atacaba con duras arremetidas perdiendo mucha fuerza en cada avance. Era la clara escenificación entre lo suave y lo duro, oscuro y lo luminoso, la receptivo y lo activo, el ying y el yang. La escena que lo que inspiro a la creación del Tai Chi Chuan, un arte marcial basado en los principios del Yin-Yang, profundamente centrado en la utilización y conservación más eficaz de la energía o también llamada Chi.
 
Más allá de los puños.
El Tai Chi es mucho más que una gimnasia aunque cumpla a la perfección el propósito de obtener un buen estado físico, es un arte de autodefensa que implica una forma de mirar el entorno y una disciplina interior que propicia la integración de cuerpo mente y espíritu; proporcionando a quien lo practica un estado de paz y bienestar.
 
 

 

 

 

 

Horario

Lunes, martes y jueves

de 8am a 9am

 

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